jueves, 12 de marzo de 2009

METAMORFOSIS, de Cachorros a Demonios

Desde el dia del parto, todo era paz y tranquilidad. Llegar a la casa era deleitante para admirar la camada y sentir la piel de gallina en cada movimiento torpe de los cachorros, que dificilmente se podian mantener en pie. La mamá, diario nos sorprendia con cuan limpio podia mantener el paridero, a sus cachorros y a ella misma, dificilmente encontrabamos periodicos que se debian retirar porque se habian humedecido. Con la nobleza que caracteriza a una Springer Lactante, los amamantaba el mayor tiempo necesario, y al menor chillido, los vigilaba y atendia.

Con el tiempo vimos que el espacio no era suficiente, los cachorros también. Empezaron a saltar todos los obstaculos que poniamos, parecia un reto cada nueva barrera, mismo que siempre vencian. Al llegar a la casa, habia toda clase de desperfectos, zapatos por un lado, pedazos de revistas por otro, pedazos de tela (aún seguimos con la duda de donde era la tela), plástico, esferas, vaya, un muladar. Esto implicaba lavar los pisos todos los dias y recoger el tiradero, regresar a las fieras a su espacio y ponerles nuevos periodicos, todo esto a las 10 de la noche que llegabamos de trabajar.

Creiamos que con toda la actividad de tipo bandalica que habian tenido, dormirian toda la noche. No, no dormian, le ladraban a la mamá, entre ellos, a cualquier objeto que estuviera frente a ellos. Se escuchaba el crugir del periodico, los azotones contra la reja, como rascaban las paredes. Quiza me brinque el pequeño detalle que habia que exorcisarlos. Quisiera agradecer a mis vecinos por no grafitear mis portones y no gritarme de groserias.

A pesar de que tuvimos bajas en el inventario de calzado, y mi coleccion de revistas de Canofilia, disfrute mucho los desmanes de mis cachorros y su crecimiento.